Mantenimiento preventivo de saunas: cuida tu inversión, alarga su vida útil

Por América Castro

Un sauna bien diseñado no solo ofrece bienestar, también representa una inversión en salud, confort y valor inmobiliario. Pero para que funcione de forma segura, eficiente y duradera, es clave implementar un buen mantenimiento preventivo. A continuación, te compartimos qué revisar, cada cuánto y por qué es tan importante mantener tu sauna en óptimas condiciones.

¿Por qué hacer mantenimiento preventivo?

Porque evita fallas costosas, mejora el rendimiento del equipo y prolonga su vida útil. Además:

  • Reduce riesgos eléctricos o de sobrecalentamiento

  • Conserva la higiene y el confort del espacio

  • Asegura que el calor se distribuya de manera uniforme

  • Mantiene la estética de los materiales (madera, cristales, herrajes)






¿Qué incluye el mantenimiento preventivo?

  1. Revisión y limpieza del calentador:
    Verificá que las resistencias o elementos calefactores estén en buen estado, sin oxidación ni obstrucciones.

  2. Inspección de piedras (si aplica):
    Las piedras del sauna pueden desgastarse o fracturarse con el tiempo. Es recomendable rotarlas y reemplazarlas si están partidas o se calientan de forma desigual.

  3. Control del cableado y conexiones eléctricas:
    Es esencial revisar que no haya cables sueltos, terminales dañadas o conexiones expuestas.

  4. Limpieza profunda del interior:
    Se le da mantenimiento a la madera, pulido y en su caso barnizado (si aplica)

  5. Chequeo del sistema de control o panel digital:
    Asegúrate de que el temporizador, sensor de temperatura y funciones automáticas estén operando correctamente.


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