Foco Infrarrojo en Saunas

Por América Castro

El foco infrarrojo calienta el aire, no el cuerpo directamente, por lo que su efecto no penetra en profundidad y actúa solo sobre la epidermis.
A diferencia del calor terapéutico, no ofrece apoyo en la recuperación muscular, pero es ideal para broncearse o generar una sensación superficial de calor.

1. Calor profundo y relajante

El foco infrarrojo proporciona un calor envolvente y constante que penetra los tejidos musculares.
Ayuda a relajar músculos, aliviar tensiones y reducir el estrés sin necesidad de altas temperaturas ambientales.

2. Estimula la sudoración y desintoxica el cuerpo

A pesar de trabajar a temperaturas más bajas que un sauna tradicional, el foco infrarrojo provoca una sudoración más intensa y profunda, ayudando a eliminar toxinas, metales pesados y residuos del cuerpo.

3. Mejora la circulación sanguínea

El calor del foco dilata los vasos sanguíneos y aumenta el flujo de oxígeno y nutrientes hacia los tejidos.
Esto favorece la regeneración muscular y puede aliviar dolores articulares o inflamaciones leves.

4. Beneficios para la piel

El calor infrarrojo activa la circulación cutánea, lo que mejora el tono, la elasticidad y la luminosidad de la piel.
También ayuda a abrir los poros y limpiar impurezas de forma natural.

5. Promueve el bienestar y el descanso

La exposición al calor infrarrojo estimula la liberación de endorfinas, favorece la relajación mental y mejora la calidad del sueño.

6. Bajo consumo energético

Además de sus beneficios terapéuticos, los focos infrarrojos son eficientes energéticamente, alcanzan temperatura en pocos minutos y mantienen un consumo bajo, lo que los hace ideales para uso doméstico o profesional.


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